1/2 taza copos de avena
1 litro agua mineral
3 dátiles
1 pizca de sal marina
Una gotas de aceite de coco u oliva a gusto
Colocar la avena en un frasco con agua y dejar en remojo en la heladera toda la noche. Al día siguiente, descartar el agua y enjuagar. Verter la avena en una ollita, agregar un poco de agua limpia y cocinarla hasta que esté blanda y cremosa.
Colocar la avena en una licuadora o jarra de mixer junto al resto del agua y los dátiles u otro endulzante. Licuar muy bien y agregar una pizca de sal y unas gotas de aceite que la harán aún más cremosa.
Finalmente colar la mezcla y ya estará lista la leche.
Fuente: Clarín Entremujeres - Ceci Duca
No hay comentarios.:
Publicar un comentario